En un pueblo lejano, había un Sabio muy respetado por sus
habitantes, que era conocido por sus consejos y cuentos, que les ayudaban en
los momentos difíciles.
Se hizo muy popular y empezaron a visitarle gente de los
alrededores y más tarde, de los alrededores de los alrededores…
Un día los habitantes del pueblo, vieron llegar por las
colinas un coche deportivo rojo que se dirigía a gran velocidad hacia la casa
del sabio que vivía en lo alto de la colina.
Del coche bajó un joven bien vestido que se acercó hasta
la casa del sabio y aporreó la puerta gritando:
- “Sabio,
¡abre la puerta, necesito tu ayuda!”.
Nadie le contestó y pasados uno segundos volvió a
golpearla. En su desesperación, el joven siguió aporreando la puerta y
gritando: “Sabio: ¡abre la puerta!”… y así continuó hasta el anochecer. Ya
agotado, se sentó en el escalón de la entrada de la casa del Sabio.
Era entrada la noche, cuando el Sabio abrió la puerta y se
sentó en el escalón al lado del joven, sin pronunciar palabra.
El joven, lo miró y tampoco le salieron palabras, sentía
rabia y cansancio por todo el tiempo que había estado llamando a la puerta del
Sabio sin obtener respuesta.
- El
Sabio le dijo: “Mira, hoy el cielo está precioso, ¿has visto cuántas estrellas
se ven desde esta colina?”.
- El
joven le contestó enfurruñado y cansado: “no”.
- El
Sabio le dijo: “Tienes un coche muy potente, a la gente del pueblo le habrá
gustado mucho, ¿les has conocido?”.
- El
joven le contestó: “no, he venido directo hasta aquí en busca de respuestas”.
- El
Sabio siguió: “Entonces no has visto al panadero, ni has probado su pan. Ni has parado a comer en la pensión y probado el fabuloso estofado de la cocinera. Ni has
hablado con los lugareños…”.
- El
joven le interrumpió: “ni, ni, ni... ¡NO, ya te he dicho que he venido directo hasta aquí porque necesito tu ayuda!” – Dijo alzando la voz.
- El
Sabio sin inmutarse, continuó preguntando: “¿has estado en el lago? Tiene una
cascada maravillosa y el paisaje es estupendo”
- El
joven empezaba a cansarse de las preguntas y comentarios del Sabio: “No, ya te
he dicho que no he visto nada, que he venido directo hasta aquí en busca de tus
consejos.
- “Bien,
¿y qué has hecho hoy durante todo el día joven?”, preguntó el Sabio.
El joven que empezaba a intuir que
no le dejaría hasta que no contestara, le dijo:
- “Hoy
me he levantado, me he vestido y he desayunado algo mientras pensaba en qué
tenía que hacer para llegar hasta aquí y en qué consejo me darías para
solucionar mis problemas. Mi vida no es como yo quisiera, intento cambiarla
pero no sé que hacer. Me siento agobiado, no sé cómo conseguir lo que necesito…
he estado pensando todo esto durante todo el camino hasta llegar aquí y llamar
a tu puerta hasta quedarme exhausto, para nada…”, su rostro reflejaba la
angustia, el cansancio y la tristeza de todo el día.
- Es
Sabio, que miraba ahora el cielo y las estrellas, le preguntó: “entonces, ¿tampoco
has visto el precioso camino lleno de flores hasta llegar aquí? ¿Ni las aldeas
vecinas que hay en el camino?”
- El
joven agotado y desorientado, le contestó: “no Sabio, no he visto nada de todo
eso que me dices, ¿qué quieres? ¿Por qué me haces tantas preguntas? ¿Porqué no
me ayudas?”.
- El
Sabio apiadándose del joven, le contestó: “Joven, eso es lo que estoy haciendo
desde que me he sentado a tu lado. Tu angustia, tu desespero, tu ímpetu, no te
permiten ver todo el camino y mucho menos disfrutar de él. Ese es mi consejo
para ti:
Es importante saber a dónde se
quiere llegar y hacer ese recorrido, como has hecho hoy para llegar hasta aquí,
pero no te olvides de vivir y disfrutar del camino. Todos los caminos tienen
lugares, gentes y momentos dignos de disfrutar y al final, hubieras acabado
llegando hasta mí igualmente. LA FELICIDAD LA DA EL CAMINO”.
Mònica G.
Que viejo tan sabio!! :) Y es que mirando y buscando lejos, olvidamos muchas veces todo lo que nos presenta la vida... hay que soñar, y luchar, pero con los ojos y el corazón bien abiertos a las maravillas de cada día!
ResponderEliminarUn abrazo Mónica
Gracias Susana por tu comentario.
ResponderEliminarAsí es, hay que aprender a disfrutar de las maravillas de cada día.
Un abrazo ;)
Deberíamos tener presentes las palabras del sabio más a menudo.
ResponderEliminarGracias por recordárnoslas.
Gracias MCarmen C.A por tus comentarios. Me alientan a seguir escribiendo.
EliminarUn abrazo